sábado, 14 de abril de 2012

no voy, no soy, no estoy

Encuentro en el disco de Los Vicentes Molar o morir, recién aparecido en formato físico, una declaración de principios contundente: “no voy, no soy, no estoy” a bautizos ni comuniones, ni ningún tipo de celebraciones de iglesia alguna. Contundencia por el redoble que “no soy” añade a “no voy”, y que remacha “no estoy”.


Y como no parece que vayamos a conseguir que el mundo cambie de base, me queda hacer como John Lennon, imaginar “que no hubiera naciones / tampoco religión”, que él decía que era fácil, aunque advertía que “dirás que estoy medio loco / que soy tan sólo un soñador”, y procurar que no me incordien bodas, bautizos, comuniones, procesiones y sermones de obispos, curas y seglares de la secta de los vaticanistas, que, ahora como antes, están

procurando imponer sus fanatismos óbolos infiernos

a todo aquel que no anhelaba más que ser desatendido relegado

por quienes zaherían hasta la sangre a los tildados de insurgentes

esa laya de apóstatas potenciales vicarios de la contumacia adeptos al error

fornicadores bebedores librepensadores disolutos teófobos

–dice Caballero Bonald en Entreguerras–, y yo sí voy, sí soy, sí estoy en esa laya de apóstatas potenciales, vicarios de la contumacia, adeptos al error, formicadores, bebedores, librepensadores, disolutos, teófobos, ésa es mi tribu, y yo anhelo ser desatendido, relegado, sí, que me dejen en paz.