jueves, 24 de marzo de 2016

con curiosidad

“Afuera, el jardín –en realidad, Marienbad entero– mantenía intacto su hechizo”. Así termina Vila-Matas su último libro Marienbad eléctrico.
Unas pocas páginas antes, en la 100, aparece el Cervantes del prólogo a las Novelas ejemplares: “Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse. Para este efecto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se cultivan, con curiosidad, los jardines”.
Mientras tanto, con curiosidad, observo cómo, en El tercer pliegue, mi jardín en Jesús Pobre, se mueven las vagabundas que dejo a su aire.